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El langostino, a salvo del cangrejo azul

Esta especie invasora, que proviene de las costas de Estados Unidos, alcanzará su máximo este verano

El muestreo de poblaciones del estuario del Guadalquivir que está realizando el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) detecta una alta presencia de larvas de cangrejo azul, que llevará a un pico de abundancia este verano. La buena noticia es que tras dos meses de análisis de sus estómagos, hasta ahora no ha aparecido rastro de langostinos. Por tanto el cotizado manjar no se halla entre sus presas predilectas, al contrario de lo que se temía, informa Enrique González Ortegón, investigador del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía.

Como su primo lejano el cangrejo rojo, el azul proviene de las costas de Estados Unidos, y ha llegado, probablemente en las aguas de lastre de barcos. El mismo origen de otra reciente especie invasora, el alga asiática. En los tres casos, la erradicación se considera “imposible”. La alarma con el cangrejo azul es reciente, menos de cinco años, y derivó de la posibilidad de que estuviese depredando al famoso langostino de Sanlúcar, algo que divulgaron los pescadores locales. González Ortegón adelanta que dos meses de análisis de los estómagos de ejemplares pescados demuestran que no es así.

“El langostino es una presa potencial, ambos se entierran en el sedimento, pero no lo hemos detectado”, afirma el investigador. “Los pescadores están preocupados porque han caído las capturas, pero pueden influir otras causas, como es la salud del propio estuario”, que este año muestra abundancia de fauna criando, en concreto también de langostinos en esa reserva de pesca, según han detectado los expertos del programa Guadaconect, que estudia la biodiversidad del estuario.